S’acaba d’editar el nou poemari d’Ángeles Mora, “Ficciones para una autobiografía”. Repassant els seus llibres, sorgeix una curiosa simetria temporal: el 2001 publicava “Contradicciones, pájaros” i el 2008 “Bajo la alfombra”. Cada set anys, doncs, apareix un recull de la poeta cordovesa. És un procés a foc lent, amb resultats d’una gran bellesa. Tenir entre els dits els versos nous d’Ángeles Mora és un plaer. I fa gairebé inevitable pensar i rellegir els de Josefa Parra i Rosario Troncoso, dues poetes gaditanes que comparteixen una geografia creativa solcada per una mateixa llum. Ángeles, Pepa i Rosario són poesia en carn viva i són vent del sud a cada vers.
Ángeles Mora (1952) viu a Granada, on va impregnar els seus
versos dels codis de la poesia de l’experiència,
la proposta que fa del poema territori de diàleg entre consciència personal i
ètica col.lectiva, forjada a cops de quotidianitat. Avui presideix l’associació
de dones i literatura “Verso Libre”. Josefa
Parra (1965) és de Jerez i com ella mateixa diu (http://josefaparr9.wix.com/poeta)
s’hi dedica “a la gestió cultural per mantenir el cos, i a escriure poemes per
mantenir l’esperit. O algo así”. És
sotsdirectora de la revista literària “Campo
de Agramante”. Rosario Troncoso (1978) és de Cadis i dirigeix la revista
cultural “El ático de los gatos”. Tres dones nascudes en tres dècades diferents (amb la màgia d’una altra
simetria temporal: cada tretze anys!) que són avui referents de força poètica,
i de compromís amb l’entramat cultural d’Andalusia.
Ángeles Mora és poesia de la memòria, i dels desitjos i els somnis. Els seus poemaris són terrenys de joc entre la veritat i la ficció. Veritats petites i concretes, i ficcions per construir una memòria decent -ni maldita ni ensucrada- i un futur on la dignitat és el bescanvi de la utopia. Josefa Parra és poesia d’imatges enlluernants, de metàfores teixides amb pols d’estrelles. I és alhora l’ancoratge del vers en llocs i calendaris precisos, allà on el poema esdevé experiència. Rosario Troncoso és pura marea poètica. Expressat en les seves pròpies paraules “Escribo para amar, para que me amen./ Para estar viva. Para negar la despedida de Dios./ Para atarme a la locura, por si la razón me encuentra (…)/ Para errar y deshacerme en cenizas./ Y resurgir en una vorágine de palabras en erupción”. Són tres meravelloses poetes, treballadores del vers. Referents d’honestedat creativa.
Ángeles Mora
Buscábamos tal vez alguna excusa
para salir sin fin, a corazón abierto,
y respirar un aire de los dos conocido.
Eran las noches largas, sin dormir,
y las dulces farolas tiritaban
para salir sin fin, a corazón abierto,
y respirar un aire de los dos conocido.
Eran las noches largas, sin dormir,
y las dulces farolas tiritaban
en el amanecer.
Aún guardabas aquel resplandor tibio
debajo de la trenka,
cruzando la ciudad como una estrella el cielo
(un gato al verte formuló un deseo).
Era el amanecer apenas vivo.
Tú desaparecías algo antes que la luna,
cuando el alba creciendo goteaba en los mapas.
Eran las noches altas del amor
y el futuro temblaba en nuestros labios,
de pronto presentido... Eran las noches largas.
Al fondo una mañana desnuda se tendía.
Aún guardabas aquel resplandor tibio
debajo de la trenka,
cruzando la ciudad como una estrella el cielo
(un gato al verte formuló un deseo).
Era el amanecer apenas vivo.
Tú desaparecías algo antes que la luna,
cuando el alba creciendo goteaba en los mapas.
Eran las noches altas del amor
y el futuro temblaba en nuestros labios,
de pronto presentido... Eran las noches largas.
Al fondo una mañana desnuda se tendía.
Josefa Parra
Puedo pasar la vida
contando los exactos lunares de tu vientre,
siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando
tus fantasmas; si quieres, siéndome un poco tú.
Puedo pasar la vida.
Pero vivir, amor, es mucho más que eso;
es crecer y dormir y envejecer contigo,
reñir y bromear, y no vernos a veces,
o vernos como extraños alguna madrugada.
Es la recia costumbre que de pronto fulgura
con una hermosa lumbre de pasión y demencia.
contando los exactos lunares de tu vientre,
siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando
tus fantasmas; si quieres, siéndome un poco tú.
Puedo pasar la vida.
Pero vivir, amor, es mucho más que eso;
es crecer y dormir y envejecer contigo,
reñir y bromear, y no vernos a veces,
o vernos como extraños alguna madrugada.
Es la recia costumbre que de pronto fulgura
con una hermosa lumbre de pasión y demencia.
Rosario Troncoso
Un
poema más.
Solitario
acto de amor.
Bálsamo
para el vacío.
Ráfaga
de luz.
Deslumbramiento.
Vanidad.
Buscada
tristeza.
Un
llenar los huecos
de
otros versos que volaron.
Aquelarre
de sintagmas
borrachos
de belleza.
Corte
limpio en las venas
para
desangrarse adrede.
Suicidio
de atrezzo.
Otro
egoísmo.
Un
poema más
es
recoger cada recuerdo roto
de las
cunetas del alma.
La
inmortalidad perdida,
buscada,
no encontrada.
Un
poema más,
como
todos los poemas,
tiene
la piel del silencio
y tus ojos.
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a la part superior de cada escrit